martes, 18 de septiembre de 2012

Frontera, compromiso, responsabilidad y desarrollo


 
Las poblaciones de frontera históricamente han vivido en aislamiento y retraso, se han visto afectadas por los efectos de la aplicación de las políticas nacionales, que muchas veces no consideran el tema cultural de estas poblaciones ni las particularidades de sus territorios, sumándose además la compleja problemática ambiental, social, económica y productiva de estas zonas.

Pese a las circunstancias que hacen vulnerables a las poblaciones ubicadas en zonas de frontera, algunas autoridades hacen el esfuerzo de llevar el desarrollo a sus comunidades. Tal es el caso del Centro Poblado de Puerto Ene, del distrito de Río Tambo, de la provincia de Satipo en el departamento de Junín, ubicada exactamente en la frontera de Junín y Cusco (ámbito del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro).
 
Como en la mayoría de zonas fronterizas, éstas tienen dificultades en llegar a las capitales de distrito o provincia por su lejanía; como ejemplo, es más fácil llegar de Puerto Ene a Pichari (Cusco) en aproximadamente dos horas, en comparación a los viajes de más de un día en bote a San Martin de Pangoa (Junín), ni hablar si se trata de trámites en educación y salud. Sin embargo el impulso de la  autoridad de Ene por el desarrollo de su pueblo, ha hecho que la creación de escuelas no  se le vaya de las manos. Es así que desde hace tres años Puerto Ene logró constituirse como Centro Poblado, cuenta con más de 5 anexos, en su mayoría comunidades asháninkas donde existe por lo menos una escuela.

Muestra de ello fue la celebración del tercer aniversario de Puerto Ene el 15 de setiembre, donde hubo toda una mezcla de culturas, idiomas y mucho calor humano; que ha dejado muy en claro que a pesar de la problemática ambiental, social, económica y productiva de esta zona; la educación es más importante.


Sino que hablen las fotografías de tantos niños y jóvenes que desfilaron con la frente en alto, acompañados de sus padres, docentes y autoridades; llevando el nombre de sus comunidades,  demostrándose a sí mismos sus ganas de crecer y dejando a la visita inquieto a responder ciertas interrogantes: ¿A qué comunidades pertenecen? ¿Dónde estudian? ¿Cómo son sus escuelas? ¿Quiénes son sus profesores? ¿Qué les gustaría ser de grandes? ¿Cuáles son sus principales necesidades? ¿cuáles son sus sueños?, etc.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En su mayoría no cuentan con la infraestructura educativa adecuada, pero eso no los amilana y están dispuestos a mejorar lo que tienen con el apoyo del gobierno local, regional o central.

Por lo que vi, son personas comprometidas con su pueblo, que es la base para cualquier tipo de cambio y cada uno de nosotros necesitamos ese compromiso, desde el Estado, las autoridades, los profesionales, la población en su conjunto, los padres e hijos; solo así contribuiremos en el cambio que se busca para el país.

Son muchas las zonas alejadas y fronterizas en la costa, sierra y selva peruana que tienen un sin fin de problemas, creo que entre ellas Ranrapata donde lamentablemente murió una niña en medio de un enfrentamiento. Es responsabilidad de cada uno de nosotros como ciudadanos tener una posición al respecto, exigir que se cumpla los compromisos del Estado, pero con el respaldo de conocer el tema, conocer la realidad y no lanzar críticas ni pedir cosas sin saber.
 


 
 
 foto: Vao Villanueva

1 comentario:

  1. Es nuestra responsabilidad como representantes del estado, ayudar y contribuir con el desarrollo de nuestros pueblos y comunidades mas alejadas y mas necesitadas, debemos de poner nuestro mayor esfuerzo y comprometernos con nuestros hermanos que mas lo necesitan, todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y deberes.
    Todos somos Peruanos y muy orgulloso de serlo.

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