jueves, 8 de diciembre de 2011

Las evacuaciones aeromédicas

Hoy en la mañana escuché en la noticia, sobre el rescate de tres pescadores que sufrieron un accidente mientras hacían sus labores lejos de la costa,  uno de ellos falleció y los otros dos necesitaban ayuda inmediata. Es así que mostraron en imágenes el rescate en helicóptero y la atención aeromédica a los sobrevivientes, para así estabilizarlos y trasladarlos a un hospital.

Creí importante mostrarles que también en el VRAE se hace este tipo de trabajos, por eso le consulté al médico aeronáutico del Componente Aéreo del Comando Especial VRAE, si podía publicar un artículo sobre las evacuaciones aeromédicas.

EVACUACIÓN AEROMÉDICA EN OPERACIONES CSAR EN EL VRAE

Capitán FAP Hurtado Galliani, César Miguel
Médico Aeronáutico
Componente Aéreo del CEVRAE

Desde los comienzos de la guerra, el rescate y evacuación de los heridos en el campo de batalla ha sido un problema persistente, el cual no ha sido solucionado hasta  nuestros días. En nuestra realidad, cada vez que un combatiente (personal de patrulla, piloto y tripulación de una aeronave o cualquier personal militar que cumpla una misión en el VRAE) resulta herido durante un ataque, enfrentamiento, emboscada o cualquier otra acción armada realizada por los delincuentes narcoterroristas, aprovechando el territorio agreste e inaccesible, como es nuestra Selva y Sierra donde se encuentra el área de responsabilidad del Comando Especial del Valle de los ríos Apurímac y Ene (CEVRAE), se ejecutan operaciones aéreas denominadas Búsqueda y Rescate en Combate (CSAR por sus siglas en ingles), y estas son consideradas en Combate, porque se realizan en un ambiente hostil que incluye al “enemigo” como un actor activo capaz de seguir generando daño a nuestras fuerzas

Un poco de historia
En las primeras guerras, no existía un sistema organizado para la evacuación de heridos desde los campos de batalla hasta un centro especializado para su atención. En muchas
de las guerras, de los prisioneros de guerra, los heridos leves fueron esclavizados, y los heridos graves fueron asesinados o se los dejaba para que murieran en el campo de batalla. Hasta ese entonces, la única manera de que una víctima se alejara del campo de batalla era por sus propios medios, o con la ayuda de sus compañeros. Ya los antiguos griegos y romanos, quienes contaban con los cirujanos militares en el campo de batalla, además de contar con improvisados hospitales dependientes de sus fuerzas, no proporcionaban ningún medio de transporte eficiente de evacuación.
Históricamente, la aparición del primer Sistema Médico Militar organizado que incluía la capacidad de evacuación, se evidencia en el ejército del Imperio Bizantino los cuales eran denominados como “Los Escribones, los cuales se ubicaban a unos cien metros detrás de la acción; estos se desempeñaron como socorristas con la misión de rescatar a los heridos durante las batallas, y se les pagaba por cada herido en combate que rescataban.
Al aparecer la aviación militar en el mundo, se produjo un avance significativo y una revolución en la manera de conceptualizar la guerra; y entre los procesos que cambiaron, se encontraba la importancia de recuperar y evacuar de manera más efectiva al personal herido, perdido o secuestrado en combate. Este procedimiento, incluía la  estabilización durante su traslado hasta llegar a un centro de atención.
El primer transporte de pacientes por vía aérea registrado se produjo en 1870, cuando las fuerzas de Prusia habían sitiado París. Para el trasporte de los heridos, se usaron globos aerostáticos con capacidad de evacuar hasta de 8 soldados, habiéndose realizado una evacuación aproximada de 160 soldados de Paris.
En 1910, sólo siete años después del primer vuelo de los hermanos Wright sobre las dunas de Kitty Hawk, dos oficiales del Ejército estadounidense fueron los primeros en modificar un biplano para llevar a un paciente en una litera (camilla).
Durante la Primera Guerra Mundial se produjo un desarrollo extremadamente rápido en el diseño de las aeronaves y la ampliación de las misiones para las evacuaciones aeromédicas. En 1917 se apreció la llegada del primer avión diseñado específicamente para evacuación de pacientes (el Dorand ARII); y en la década de los 20’s los pilotos y tripulantes militares daban cuenta de la necesidad de contar a bordo con un personal capacitado específicamente en aplicar técnicas de primeros auxilios para una mejor atención del personal tripulante herido, incrementando la supervivencia del mismo. En 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, el Ejército de los EE.UU. autorizó la formación de un Escuadrón de ambulancias aéreas contando con los aviones C-47 y C-54. En 1942, el personal médico de la Fuerza Aérea de los EEUU convencieron a las altas esferas del Ejército que la Evacuación Aeromédica era el mejor método de transporte para los pacientes en los teatros de operaciones. En esta época se logró identificar éste procedimiento como el más eficaz para la recuperación del personal militar herido en combate.
Pero es recién en la guerra de Corea (1950 – 1953), cuando se pone en práctica a la unidad de Servicio Aéreo de Rescate (ARS por sus siglas en inglés). Además de introducir a los helicópteros como aeronaves para transportar a los pacientes rápidamente del campo de batalla a un centro de atención especializado. Además, la presencia de los helicópteros de rescate, tuvo un impacto positivo significativo en la moral de los soldados. Entre los helicópteros más usados para las misiones de Búsqueda y Rescate así como para Evacuación Aeromédica, podemos mencionar a los Sikorsky S-51 y S-55. Se estima que durante esta guerra, mas de 20 000 soldados heridos fueron evacuados.
A partir de la guerra de Vietnam (1964-1975), los EE.UU., quienes eran los que habían desarrollado más y mejores técnicas de Búsqueda y Rescate en Combate, popularizaron el uso de uno de los helicópteros más representativos para tal fin en ese entonces y hasta ahora, por su maniobrabilidad y versatilidad, el Bell UH-1, y que es tan usado en las películas cuando se refieren a ese tipo de conflictos. El uso del helicóptero durante este conflicto, podía asegurar que cualquier víctima llegaría a un hospital de campaña dentro de los 20 minutos desde que era evacuado. Para el final de la guerra de Vietnam, casi 4 000 hombres habían sido rescatados por este medio.
El helicóptero desde entonces hasta la actualidad, se estableció como la plataforma ideal para el desarrollo de operaciones de búsqueda y rescate en el campo de batalla, por sus capacidades para realizar operaciones aéreas en áreas reducidas bajo un ambiente hostil.

En las Operaciones que las Fuerzas Armadas realizan en el VRAE

El Componente Aéreo, como parte de la organización del Comando Especial VRAE, tiene a su cargo, dentro de su misión, la de llevar a cabo las Operaciones de Búsqueda y Rescate en Combate cuando se ha confirmado la existencia de combatientes heridos. Podemos concluir en base a la experiencia adquirida que estas operaciones aéreas son de alto riesgo, como sucedió en el 2 de setiembre del 2009, cuando un helicóptero fue derribado durante una operación de Búsqueda y Rescate de dos combatientes integrantes de nuestras fuerzas de superficie.
En el planeamiento de estas operaciones se incluye la presencia del personal especialista en el área de salud (médico y enfermero del Componente Aéreo), así como la implementación de los helicópteros con los equipos necesarios para la extracción de los heridos en tierra (winche de rescate, canastilla, penetrador, etc.) y para la atención y estabilización de los mismos durante la evacuación (camilla, equipo de oxigenoterapia, oxímetro de pulso, etc.). De igual manera, se realiza la coordinación con el personal especialista de la Unidad Quirúrgica Móvil (UQM), para asegurar una mejor preparación y celeridad en la atención del herido, buscando su estabilización, hasta poder ser evacuado a un Hospital de mayor complejidad si el caso lo amerita.
Una vez determinados todos los riesgos operacionales y los riesgos de seguridad táctica para el desarrollo de la misión, ésta se ejecuta con el mayor profesionalismo para lograr el éxito. Concluida la operación de evacuación, el personal herido es trasladado a la UQM del Fuerte Pichari para ser atendido por el personal especialista.
Para este tipo de operaciones, el Componente Aéreo cuenta con aeronaves MI-17 y MI-171 con capacidad para 12 pacientes en camilla si se usa en su versión ambulancia, y aeronaves Bell-212, que puede transportar 6 pacientes acostados y 2 sentados, y aeronaves Bolkow 105LS, para transportar hasta dos 02 pacientes.
De enero a noviembre del 2011, el Componente Aéreo del CEVRAE ha realizado 17 evacuaciones aeromédicas como parte de Operaciones CSAR (heridas por proyectil de arma de fuego, explosión de minas, trampas caseras, entre otras), todas estas operaciones resultaron exitosas; además se realizaron 19 evacuaciones aéreas de emergencia, 82 evacuaciones electivas o de rutina (pacientes estables o para control en su Hospital institucional) y 3 evacuaciones de emergencia de personal civil como parte de acciones cívicas en apoyo social.
En resumen, la Evacuación Aeromédica del personal herido en combate CSAR, y las evacuaciones aeromédicas, han evolucionado de manera favorable en beneficio de los combatientes heridos en el campo de batalla y del personal en general, siendo evidente e importante su participación para asegurar la supervivencia de los mismos, manteniendo en todo momento estabilizados desde que se encuentran a bordo de los helicópteros de rescate hasta su traslado a un centro de atención especializado.
El Componente Aéreo del CEVRAE, utiliza todas sus capacidades disponibles para poder lograr con éxito cada una de estas misiones, con la finalidad de salvar la vida de un compañero de armas o de un ciudadano que requiere de nuestra ayuda, a pesar del todos los riesgos que cada una de estas misiones genera.
Los resultados positivos en este tipo de operaciones, no son consecuencia del azar sino de la capacitación constante de todo el personal involucrado en dicho proceso, empezando por la instrucción brindada a los enfermeros o paramédicos de las patrullas, donde se llevan a cabo prácticas que realizan junto al médico y enfermero especializados en aeroevacuaciones; así también la preparación diaria del personal de pilotos quienes a través de los briefings diarios y estudios de las diferentes zonas de acción facilitan el operar aéreo en esta área; y la tripulación quien mantiene en óptimo estado los equipamientos de rescate de las aeronaves para cumplir su función con el mínimo riesgo y máximo profesionalismo. Es decir, un esfuerzo conjunto para lograr la recuperación de nuestro bien más preciado, nuestro personal.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Insignia de Facebook